El trueque

No era el típico cuento del mal contra el bien, ya que ambos eran servidores de este último. En los difíciles tiempos del agotamiento de los recursos naturales que sustentaban su bienestar, las negociaciones se habían tensado hasta llegar a romper el fuerte hilo que antes les ataba con la cultura. El idolatrado hilo 100 se había deshilachado en un mar de miedos, descontrolado e incontenible, que les empujaba a tales extremos por la supervivencia de unos pocos.
Otros hilos habrían de ser tejidos más adelante, se dijo Sergeiev con tristeza, pareciendo adivinar el siguiente movimiento de su respetado adversario. El equilibrio de la naturaleza sólo se pagaba, sin regateos y exigía tan alto precio.
Akmentish se reunió con los mandos que le quedaban. Eran los fieles compañeros del viaje que habría de acabar pronto al menos para dos de ellos. Besó por última vez a su dama y la estrechó un instante entre sus brazos. Después volviéndose hacia su caballero y alargando el brazo para encontrar su mano pronunció un solemne hasta luego, seguido del consabido "hay que hacer lo que ha de hacerse".
La grandeza de su sacrificio dió como resultado el final de tan triste episodio, acabando con la derrota de Sergeiev y restaurando la cordura allá en Riga, año 1981.
Sencillita, no?
2 comentarios
macarro -
pillo -
Por cierto, yo digo ...DxC