Orson (IV). Carta bomba con efectos retroactivos
Forrito Filandrúpp;
No he podido por menos de alegrarme al divisar tras las unas escasas líneas dedicadas a mi persona a la persona de usted, que ruego excuse mi airada carta muda en tono y contenido, para retomar el espíritu de mecenazgo que le procurará este que le escribe a través de sus escritos, redundándose a placer y en el placer de la redundancia reductora del vocabulario del que hoy parezco escasear. Mi admiración por su pretendida persona y genio a mis ojos una misma cosa es, pregúnteme por que letrita, aún en la certeza de ser el único que no le conoce suficiéntemente como para no ver lo evidente del tremendo potencial que encierra su vuesía. Hechas las alabanzas seguiremos con lo nuestro del ilustrar en la defensión de la polisemia del ser y en sintonía con mi primo lejano Aristólefes.
En esta cuarta entrega habremos de perdernos en los laberintos del silogismo puro advirtiendo al lector que cualquier parecido de la materia enunciada que se parezca a la realidad será negada con un loop eterno de noes en pantalla, que harán evidente que usted no tiene razón y el autor también no (*1) o menos, cuanto más, aún conviniendo en otras cosas que no vienen al caso por lo de otras primeramente. Y si usted no tiene razón, el autor también no o menos, y la razón le dice que de razón en sí, mas bien poco ha de encontrar en estas palabras, ¿no habremos de colegir con la simplicidad de un avión -mecánicamente hablando- que acaso hemos metido el pie hasta la rodilla en el orto de la llaga?
Antes de ir tan allá, creo necesario referirnos a las enseñanzas que transmite el extracto del papiro hallado del 373 adc, que le dejo a continuación y que recoge las conversaciones de los dos pupilos de Arístófétén; Nófumes y Aristólefes.
"Nófumes- Confiésome entusiasmado con los silogismos que el maestro nos enseña, amigo Aristólefes.
Habrás notado sin embargo en sus palabras un cierto desdén hacia Pistilo
Luego no eres más que un cotilla de los asuntos de los demás, amigo Aristólefes.
Aristólefes-Paréceme haber oido una estupidez muy muy grande proveniente de tu estúpida boca, mi buen colega Nófumes
Presumo de poseer un excelente oido que dejaría temblando al más sordo en una competición federada en categoría infantil
Luego tienes el espíritu de la tontería arraigado fuertemente en ti, el supertonto que auguraba la profecía.
Nófumes- Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces querido y sensible Aristólefes
Presumes de poseer un excelente oido que dejaría templando al más sordo en una competición federada en categoría infantil
Luego careces de poseer un excelente oido que dejaría temblando al más sordo en una competición federada en categoría infantil
Aristólefes-Aunque increíble has sido capaz de superarte en tontería mi nunca vituperado en exceso Nófumes, hijo de Ganián
Me pregunto si guardarías la merca en el hueco dejado por tu cerebro antes que llegue la patrulla y nos entoligue de marrón
Luego se demuestra de nuevo la conclusión del primer silogismo que ya he gastado anteriormente y que acabará con nuestra disertación espero de por vida.
El frio había llegado a la polis aunque no tanto como para aceptar el ofrecimiento de Aristólefes en cuanto a calentarme lomo y morros. Sus palabras me resultaban confusas aunque lo amaba en silencio con la ternura de una estampida de búfalos sobre los genitales. Era tiempo de coger el metropolis y volver a casa. "
Desgraciadamente parece que no se conserva más obra de los autores citados que esta carta bomba en la que se intuyen conexiones que van más allá del universo conocido a unir sabe dios qué, aunque espero sea suficientemente interesante a sus exigencias de lectura y acorde a su altísimo nivel de metro ochenta y pico. Tremendas reflexiones y porqué no, me pregunto, dolores de cabeza. Con la misma facilidad, me contesto, en un intento de liberarme del ostracismo al que parece me hubiese condenado su vuesía, con la rebeldía de una lechuga lechuguina que no encuentra una respuesta adecuada a su inexistente cuestión en el jardín de la alegría (al que quería tu vieja que fuera y no sé a qué, la verdad).
Pasará un tiempo antes de mi próxima carta, ya que me operan la cadera en unos días por aquello de nuestro último inolvidable encuentro y mientras tanto espero que le solucionen lo de sus ataques de caspa.
Reciba usted un sincero y afectado saludo de este su admirador
Orson
(*1) En grecia "También no"= "tampoco"
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