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Sailor Worlds

El niño pintor

El niño pintor

Capítulo I- Enero

La grisácea mañana de lunes se presentaba monótona y las caras de las madres que habían acercado a los niños al colegio reflejaban  el comienzo de una semana más de frío invierno en la ciudad. Entre las bufandas y los gorros se hacían apenas visibles unos ojos  entrecortados por el denso vaho que exhalaban sus cuerpecitos. Aún faltaban diez minutos para la apertura del centro aunque si conseguía llegar a la puerta permitiría que los niños entraran a refugiarse del gélido viento que afortunadamente no soplaba fuerte.

-Ya, entiendo. Puede intentar explicarse con un poquito menos de detalle señor López ? Vaya al grano, le pido por favor y déjese de retórica.

-Buenos días niños. Buenos días, qué tal?

Introduje con torpeza la llave para comprobar con sorpresa que estaba ya abierta. Empujé la puerta y busqué con la vista hallando a don Julián tras la mesa del pequeño despacho que hay al fondo del pasillo que levantaba la mano con una sonrisa. Era una persona entrañable, el director del colegio, que sin duda se había adelantado aquella mañana para caldear algo más el pequeño edificio después del fin de semana. Se recordaba después volviéndose hacia los niños y animándoles a cobijarse dentro cuando aquel dolor punzante proveniente de su espinilla le había provocado el acto reflejo causante del lamentable incidente. Había golpeado, aunque sin intención la cara de un niño con el maletín que aún sostenía, haciéndole sangrar por la nariz. Aquellas señoras que le acusaban no tenían toda la información y creyeron ver en él a un educador agresivo con los pobres alumnos.

-Hablaban también de que usted estaba como loco, fuera de sí

Me sobrevino entonces inmediatamente una segunda patada en la otra espinilla que me hizo ver las estrellas y que explica mi cara desencajada a sus ojos. Se abalanzaron las tres sobre mí agresivamente y no tuve más remedio que echarme hacia atrás para evitar el segundo bolsazo en la cara, perdiendo el equilibrio hasta caer hacia atrás

-Así explica los otros tres niños con contusiones varias, pero a cuento de qué sacó su navaja, para defenderse o acaso tomarse la venganza por su cuenta? Entiendo que es una pregunta difícil

El maletín se había abierto al caer y mis pertenencias cayeron conmigo. Una de las señoras muy amablemente se decidió a ayudarme a levantar asiéndome fuertemente por el pelo mientras la amiga me enseñaba de cerca el tacón de aguja de su zapato. Medio ciego traté de recoger las cuatro cosas entre las que estaba mi cuchillo del desayuno ahora que me habían dejado algo más de espacio en el que poder respirar el spray tóxico antiosos de la tercera señora que allí se me rifaba.

-Y se decidió a huir.

Acerté a ver a otra más que le quitaba el bate de béisbol a un niño y me asusté con el sonido que hacía al chocar con mis costillas.

-Siga escuchando y le ruego no me interrumpa mi querido señor García de la Vega, que me despista un tanto.

La mañana no había podido comenzar mejor, me dije durante el recreo de mediodía y en actitud más optimista, cuando el sol engañaba durante unas horas aquella mañana de principios de enero. Antes de que finalizara el día debía entrar a hablar con don Julián y aclarar el malentendido como fuera. Debía recuperar laconfianza en la humanidad y en mi mismo por lo que decidí no volver a mirarme al espejo tratando de olvidar las heridas de la cara, el labio y el ojo morado. Tampoco me dolía tanto después de todo y en la vida todo son experiencias.

-No sé si mi optimismo raya con bobo, pensé

 Cruzé el patio con decisión aunque baldado por la paliza, no pudiendo evitar sentir las miradas de las otras dos profesoras del centro sin duda enteradas ya a su manera del suceso del día.

Vamos a repetir todos en alto la tabla del tres. Tres por uno tres…Allí estaban los angelitos aprendiendo los fundamentos que les llevarían algún día lejos en la vida. Había sin embargo entre ellos alguno de la piel del diablo, o quizás alguna confabulación comunista?. Se fijó en Tito. Porqué aquel niño no repetía la tabla como el resto?. Me dirigí caminando lentamente hacia él , tres por nueve veintisiete, tres por diez treinta.  

-Cree usted que todo esto es necesario? Deberíamos ceñirnos al caso y acabar de aclarar lo que allí sucedió esa mañana. Me está usted saltando de lado a lado y le insisto que preferiría hechos concretos.

-Yo soy el cliente

-Yo su abogado, pero si persiste acabaré pasándole también minuta de psicólogo.

-Solamente le diré que tengo motivos para contarle ahora y primero esto

-Prosiga pues, pero tendremos que volver a los hechos de la acusación que se desarrollan en esa mañana.

-A ver Tito, porqué no dices la tabla con tus compañeros?. Seguí preguntándole en voz baja sin conseguir que el niño pronunciara palabra aunque me dedicaba una espléndida sonrisa estúpida. Habría sido el causante de todo?

-Vamos ahora con la tabla del cuatro, concluí en voz alta, dejando por el momento y por imposible la cuestión “Tito”.

Definitivamente era un niño raro con una mirada siempre desconcertante que sin embargo conseguía excelentes resultados en las pruebas del curso de primero de educación básica que él tenía a su cargo. No paraba de reírse, aún consciente de los gestos de desaprobación que le estaba dedicando. Tenía que hacer algo con él. Decidí que al finalizar la clase le acompañaría para hablar con sus padres.

La tarde caía lenta pero inexorable…

-Ejem, señor López, se enrolla otra vez

-Disculpe, la costumbre…

Fin Episodio 1

1 comentario

Oscar -

Ha de ser esto, digo por decir, algo así como le película de Primer en versión niño pintor. Ya se irá resolviendo en el capítulo II. Veremos este niño pintor, qué pintará en esta historia, y cuántas pintas se beberá de mayorcito.
Por favor, prosiga Vd., Sr.López.